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Consagración a la Reina de la Paz: Día 19

Día 19º de preparación para consagrarme a la Reina de la Paz; La Asunción de la Virgen María a los cielos

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Ap. 12, 14-17


Y le fueron dadas a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, a su lugar, donde es alimentada un tiempo, y dos tiempos y medio tiempo, lejos de la presencia de la serpiente. Y vomitó la serpiente de su boca, detrás de la mujer, agua como un río para hacer que el río la arrastrara. Y la tierra ayudó a la mujer, y abrió la tierra su boca y se tragó el río que había arrojado el dragón de su boca. Y se llenó de ira el dragón contra la mujer, y se fue a hacer la guerra al resto de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.

2 Julio 2012


“Queridos hijos, de nuevo os pido maternalmente, que os detengáis por un momento y reflexionéis sobre vosotros mismos y la transitoriedad de vuestra vida terrenal. Por lo tanto, reflexionad sobre la eternidad y la bienaventuranza eterna. Vosotros, ¿qué deseáis? ¿por qué camino queréis andar? El amor del Padre me envía a ser mediadora para vosotros, para que con amor materno os muestre el camino que conduce a la pureza del alma, del alma no apesadumbrada por el pecado, del alma que conocerá la eternidad. Pido que la luz del amor de mi Hijo os ilumine, que venzáis las debilidades y salgáis de la miseria. Vosotros sois mis hijos y yo os quiero a todos por el camino de la salvación. Por lo tanto, hijos míos, reuníos en torno a mí, para que os ayude a conocer el amor de mi Hijo y, de esta manera, abriros la puerta de la bienaventuranza eterna. Orad como yo por vuestros pastores. Nuevamente os advierto: no los juzguéis, porque mi Hijo los ha elegido. Gracias.”

Meditación


Madre del cielo, tú has querido estar junto a nosotros. Dios te ha concedido este tiempo para ayudar a tus hijos. ¿Cómo? Con tus palabras sencillas y profundas. Con tus mensajes. Ves a tus hijos llenos de pecado y tiniebla. Con grandes debilidades espirituales y miseria. Tú nos invitas a la confesión. Tú nos señalas al cielo. Tú nos dices que esta vida es pasajera. Es transitoria: Tú estás hecho para el cielo. Has sido creado por amor para estar junto a tu Creador. 

Estar unido a Dios. Dios es amor. Si yo no tengo amor no hay paz ni reconciliación. No hay unidad. La ley divina, los mandamientos de Dios son para acercarnos a su amor. Sin ellos no podemos ir al cielo. No hay paz en mi interior. Es el proyecto de Satanás como nos dice hoy la Palabra de Dios; él hace la guerra a los hijos de Dios que quieren vivir sus mandamientos. ¿Cuándo comienzan las guerras entre las naciones y los pueblos? Comienza en el corazón de cada hombre y mujer en conflicto con la voluntad de Dios porque falta fe. Adán creyó la propuesta de Satanás: “Si comes serás Dios”, porque no tuvo confianza en el amor de Dios. Pensó el hombre: “Dios no me ha dado todo… (cf. Gén. 3,5). 

Con la oración dialogamos con Dios como hijos, no con Satanás. La Reina de la Paz viene a orar y hablar con nosotros. Ella restaura la alianza de Dios con los hombres. Es una alianza de corazones que aman a Dios y su voluntad. En estos corazones triunfa María. Así llega el Reino de Dios. Así vence Dios a Satanás y todo su mal. 

Con mi conversión. Reina de la Paz, te pido la gracia de tener luz e identificar el mal que proviene de Satanás en mí y en los demás para erradicarlo con la oración y la confesión. Muchas veces soy inducido y engañado por el maligno dejando todo lo santo por pereza y comodidad. Y me dejo llevar por los demás. Me debato y dudo entre las cosas del mundo y tu voluntad. Y me abandono a la mediocridad y la tibieza. Haz que camine en tu escuela de santidad hasta llegar al cielo. AMÉN.


1 Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria

Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente las más necesitadas de tu divina misericordia.


María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.

Oración Final


Nuestra Madre del cielo, ha vivido la experiencia de amor del Padre. Ella ha cumplido su voluntad y ha colaborado en la salvación de la humanidad. Reina de la Paz, me uno a ti y te presento a todos los católicos que vivimos nuestra fe en tibieza. Preséntanos a Dios. Especialmente a los que nos preparamos para consagrarnos a Ti. Tú que eres poderosa intercesora, llena de esperanza todos nuestros corazones insatisfechos y haz que vivamos nuestra fe en tu escuela de santidad. AMÉN.¨

fuente "Grupo de Oración Totus Tuus Reina de la Paz"









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